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sábado, 25 de enero de 2014

BITCOINS "La moneda digital imparable"




Bitcoin fue inventado en 2009 por un informático (o varios) oculto bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, que quería crear una moneda no dependiera de ningún banco central o institución financiera. Nadie es 'dueño' de la moneda digital, que es emitida por un potente algoritmo. Se trata de una especie de "dinero electrónico" descentralizado, un bien creado a partir de piezas de códigos informáticos complejos generados automáticamente en un proceso que en teoría puede ser duplicados por cualquier persona con un ordenador: se pueden generar 'bitcoins' a cambio de ceder parte de la potencia de procesamiento del propio ordenador. 

Para asegurarse contra el fraude, un 'software' valida cada transacción y está programado de tal manera que cada vez que se crean nuevos 'bitcoins' se genera una dificultad añadida para generar más: depende de la resolución de un 'puzzle' informático que es cada vez más complicado. 

De esta manera, todos quienes dediquen parte de la potencia de su ordenador para sostener la red y verificar la autenticidad de las transacciones, un proceso llamado 'minería', son recompensados con 'bitcoins'. Está previsto que el total de su circulación estará limitado a 21 millones de unidades, momento en el cual dejarían de producirse, en teoría. Una vez creados, los 'bitcoins' se almacenan en el disco duro del ordenador del dueño de una 'billetera virtual' y de modo que éste pueden compartirlos con terceros. 

Estos intercambios se realizan prescindiendo de los bancos y desde el anonimato. Y pueden canjearse por dinero 'real' a través de una veintena de compañías. La más importante es la japonesa MtGox.com.


El curso de la moneda digital Bitcoin aumentó más de un 5.000% en 2013, convirtiéndose sin duda en el producto estrella de inversión del año, pero los que están haciendo su agosto no son tanto los usuarios y especuladores del Bitcoin, sino los fabricantes de 'software' específico y ordenadores fuera de red que requiere su circulación.

Las computadoras que se están usando para generar Bitcoins cuestan alrededor de 10.000 dólares cada una. Éstas sirven solamente para eso: no editan vídeo, no procesan juegos ni textos. Incluso no admiten programas de correo electrónico. Se dedican única y exclusivamente a "excavar" para encontrar Bitcoins, el oro de Internet.

Según un informe publicado por la televisión pública alemana Deutsche Welle ,estos ordenadores -conocidos en el argot como las Bitcoin-Miner- son computadoras de alto rendimiento que representan para la fiebre del oro digital lo que antiguamente fue el pico para los buscadores de oro de California, allá por 1848.

Proporcionalmente al aumento de circulación de esta moneda digital ha incrementado la demanda de ordenadores especiales para su minería. Cuando, a finales de 2013, la compañía sueca KnCMiner puso a la venta de su nuevo modelo 'Neptune', se vio obligada a poner el cartel de "agotado" en solamente 72 horas.

El precio de este ordenador en el mercado es de 9.995 dólares más IVA, confirma Alexander Lawn, de KnCMiner, y la venta de 2.400 Neptunes aportó a la firma cerca de 24 millones de dólares en solo tres días, cifra nada despreciable para una empresa con sólo ocho meses de vida y apenas 40 empleados.

Pero después está la reventa, y por las redes sociales circulan testimonios de mineros que han pagado tres veces esa cantidad por una computadora minera.
Se calcula que un 70% de todas las Bitcoins se producen con computadoras fabricadas por KnCMiner, que están encendidas noche y día buscando y generando Bitcoins.

Los 'mineros' se unen en comunidades y luego se reparten el botín. Un minero puede ganar actualmente 0,5 Bitcoins por día.


Un Bitcoin tiene actualmente un valor ligeramente inferior a los 600 euros. Esto da una idea del margen de beneficio y del valor de la inversión en ordenadores y 'software' específico, un mercado al alza cuya demanda está creciendo, según los cálculos de Lawn, a un 500% anual.






Bueno, pero entonces, ¿es legal el bitcoin?

Podemos decir que, de momento, sí. No obstante, hay que tener en cuenta que el bitcoin es una herramienta y que, como tal, no es ni buena ni mala, todo depende de lo que hagamos con ella, como un cuchillo. Tenerlo para cortar el pan no es delito, pero tenerlo y portarlo para segar la yugular al vecino, en cambio, sí puede llegar a serlo. Tener el bitcoin por sí mismo, no es ningún ilícito, pero tampoco puedo usar el bitcoin, -¿o sí?- para esconder las ganancias de actividades ilícitas.


¿Y cómo se pueden conseguir bitcoins?

Hay varias maneras por las que nos podemos hacer con bitcoins. Lo primero que tenemos que hacer es crearnos un "monedero" de bitcoins donde guardar nuestras monedas virtuales. Si queréis empezar a usar ya la "moneda", puedes ir a http://blockchain.info/ y en poco tiempo y de forma fácil, abrir una cuenta para crear un monedero electrónico y empezar a poder hacer transacciones con Bitcoins.

Una vez que se ha creado el "monedero" es el momento de llenarlo de bitcoins y para ello hay diversas posibilidades. Al monedero se le asigna una especie de dirección o identificador único, de forma que cualquiera que tenga bitcoins en su monedero puede transferirlos al nuestro. En la práctica es como si te dan monedas en efectivo.

También hay empresas que pagan bitcoins por determinadas acciones que haga el usuario, como ver publicidad o participar en la generación de bitcoins mediante la denominada 'minería'.






En conclusión, el fenómeno ya es demasiado grande para ser ignorado. Por otro lado, la regulación es difícil porque es un nuevo tipo de dinero, es internacional y está deslocalizado.

Muchas preguntas fiscales y financieras no tienen respuesta simple. Pocos economistas y legisladores entienden técnicamente el bitcoin. Por ello es probable que su regulación se demore. Pero su crecimiento es mucho más rápido.

La amenaza que representa para el sistema bancario tradicional augura una dura batalla. Sobre todo porque muchos de los servicios que ofrecen los bancos son pagos, en cambio bitcoin los pone a disposición del público gratuitamente.

Estamos en un punto en que se vislumbra la posibilidad de que el ciudadano recupere finalmente el control de su dinero y su libertad monetaria, es decir que pueda comerciar con un dinero libre. Tal vez estemos asistiendo a la primera revolución monetaria de la Humanidad.












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